08/03/2023
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Economía Solidaria y Feminista

El descontento de las mujeres no es el lamento neurótico de los inadaptados, sino una respuesta a una estructura social en la que las mujeres son sistemáticamente dominadas, explotadas y oprimidas

Heidi Hartmann

Poner la vida en el centro se ha convertido en un lema cada vez más mainstream. Nos toca llenarlo de contenido y dar cuerpo a esos anhelos (y urgencias) de tejer una economía que sostenga todas las vidas en su diversidad. Esto supone, por un lado, que las decisiones políticas, sociales y económicas se tomen en función del impacto que tienen sobre la vida de las personas, y no, dependiendo de cómo afectan a otros procesos económicos, algunas veces, ajenos al interés general, el bien común o la propia sostenibilidad de la vida. Por otro lado, implica también, dotar de recursos al ámbito reproductivo, al espacio donde se reproduce la población, donde se sostiene la vida.

Todas las vidas necesitan de cuidados, puesto que son finitas, vulnerables y eco-inter-dependientes. Sin embargo, el sistema capitalista neoliberal se ha empeñado, y por momentos casi lo ha logrado, en hacernos creer todopoderosas y autosuficientes. Así, en el marco del capitalismo neoliberal, heteropatriarcal y colonial, lejos de asumirse como una necesidad vital, un derecho y una responsabilidad colectiva, los cuidados se han visto como un “fallo” o un “déficit”, dejando en manos de las mujeres, sobre todo de aquellas más pobres, la responsabilidad de la subsistencia y el cuidado de la vida, desarrollando la fantasía de un mundo público aparentemente autónomo, basado en la falsa premisa de la libertad de elección.

Reconocer la centralidad social de los cuidados y revalorizarlos conlleva visibilizar el modo en que su actual organización genera un riesgo de exclusión social entre las personas que los proveen (con independencia de que lo hagan de forma remunerada o no). En general, las cuidadoras se enfrentan a un peor estado de salud, menor tiempo personal, mayor aislamiento social, menor capacidad para el desarrollo de proyectos propios y condiciones laborales muy precarias lo que, a menudo, se traduce en pensiones más bajas y situaciones de mayor vulnerabilidad al llegar a edades avanzadas. Es decir, cuando el acceso a los cuidados está garantizado, a menudo, significa que es a costa de los derechos de las personas que los proveen.

La precariedad del sector remunerado afecta, de manera particular, a las mujeres inmigrantes que sufren serias carencias en clave de derechos y regulación de las condiciones laborales, enfrentando el racismo institucional que supone, entre otras, una Ley de Extranjería, que exige a la población migrante residir de forma irregular durante dos años, pero le niega la posibilidad de trabajar y acceder a sus derechos más básicos, obligándole a vivir en la exclusión social y apuntalando así, un sistema racista, clasista y machista.

Las feministas ya sabemos que debemos estar atentas en periodos de crisis financieras que, a menudo, se utilizan como pretexto para una reducción drástica de los servicios públicos lo que, por un lado, incrementa el número de horas de dedicación de  las mujeres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado y, por otro, contribuye a generar una oportunidad de negocio que, para las grandes empresas regidas por el ánimo de lucro, gestionan esta ineludible necesidad humana en términos de explotación y maximización de beneficios.

Queremos unirnos a la reivindicación del movimiento Feminista de Euskal Herria por un sistema público, integral, universal y gratuito que abogue por un derecho colectivo a los cuidados y por unas infraestructuras públicas y de calidad para todas, mejorando las condiciones laborales y vitales de las mujeres y trasladando las necesidades de cuidados desde lo doméstico/individual a lo público/colectivo.

Desde REAS Euskadi queremos invitar a nuestra base social a participar en las distintas actividades que el movimiento feminista de Euskal Herria ha convocado para este 8M y a continuar construyendo alternativas económicas, sociales y culturales que promuevan esta necesaria transición del modelo de cuidados.

BAIONA. 15:00h Plaza del Mercado

BILBO. 19:30h Sagrado Corazón

DONOSTIA. 18:30h Túnel del Antiguo

GASTEIZ. 19:00h Plaza San Antón

IRUÑEA. 20:00h Parque de Antoniutti