28/03/2023
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La guerra es el mayor crimen contra la humanidad. Crimen que se comete contra la población de numerosos países, hoy intensificada también en Europa con la guerra en Ucrania, provocando miles de muertes, millones de desplazadas, y miles de desertoras perseguidas y encarceladas por oponerse a participar en la guerra.

Anteriormente al estallido de esta guerra las consecuencias de los conflictos bélicos también llegaban a Europa. Miles de personas que huyen del sufrimiento ocasionado por los ejércitos, en Yemen, Siria o los más de 20 países en los que el Estado español interviene militarmente. Ante esta situación, la UE despilfarra ingentes cantidades de dinero en FRONTEX para militarizar las fronteras, impedir el refugio a las personas que lo necesitan y perpetuar la vulneración de sus derechos más básicos. Sin olvidar que en todas las guerras el cuerpo de las mujeres es el primer territorio de conquista. Las expulsiones, los secuestros y las violaciones contra las mujeres y niñas constituyen estrategias bélicas para la sumisión de los pueblos. Guerras hechas por hombres para ejercer su histórico dominio heteropatriarcal.

Transcurrido más de un año del estallido de la guerra en Ucrania, el panorama es desolador. Ambos bloques, Rusia y la OTAN, alimentan una carrera armamentística que pone en riesgo la vida en el planeta. El Estado español no se queda al margen, con el envío de material militar ofensivo, que solo contribuye a enriquecer a las empresas de armas y a perpetuar el conflicto. 

No podemos obviar que cada euro que se despilfarra en gasto militar, deja de ser invertido en la verdadera defensa para la sociedad como son la sanidad, la igualdad, las pensiones o la lucha contra el cambio climático. Para 2023 se estima que el gasto militar del Estado supere los 48.800 millones de euros, una cantidad que se acerca al 4% del PIB y  supone 1.051€ por persona.

El principal cometido de los ejércitos es asegurar el mantenimiento del capitalismo; el proceso de rapiña de recursos naturales, así como el defender a las empresas transnacionales que expolian a los países empobrecidos, que han arrastrado al planeta hacia una devastadora crisis climática.

La construcción de un mundo más justo conlleva luchar por la erradicación de todas sus causas. Una de ellas es su financiación. Ante el creciente derroche de dinero público en gastos militares, apostamos firmemente por realizar Objeción Fiscal al Gasto Militar en la próxima declaración de la renta.

La objeción fiscal es la negativa a colaborar económicamente con el estado en la financiación de las guerras. Es un acto de desobediencia civil y consiste en dejar de pagar una parte de los impuestos para destinar esta cantidad hacia otras iniciativas ciudadanas que trabajen en la construcción de alternativas de carácter transformador y solidario. 

En 2022 la objeción fiscal continuó consolidándose en la CAV, donde 200 personas se plantaron ante la financiación de los ejércitos y decidieron que parte de sus impuestos se destinaran a proyectos que contribuyen a una sociedad más justa y solidaria: iniciativas ecologistas, de Derechos Humanos o medios de comunicación fueron algunos de los destinos alternativos de sus impuestos.

Un año más abrimos oficinas de Objeción Fiscal en Bilbao, Vitoria-Gasteiz y Donostia, en las que, con cita previa, te haremos la Declaración de la Renta aplicando Objeción Fiscal. Podrás encontrar toda la información en www.eragozpenfiskala.org.

Argitan, Armiarma, AZET Etxebizitza Sindikatua, BATU Elkarlaguntza Sarea, CNT Bilbao, Ekologistak Martxan, Elkarlaguntza Sarea Galdakao, ESK, Finantzaz Haratago, Irola Irratia, ISF Euskadi, Kakitzat, KEM-MOC, Lumaltik Herriak,  Mugarik Gabe, Mundubat, Setem Hego Haizea, REAS, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Posada de los Abrazos, Zehar-Errefuxiatuekin

LA GUERRA EMPIEZA AQUÍ, PARÉMOSLA AQUÍ

WWW.ERAGOZPENFISKALA.ORG