El pasado 14 de junio 28 personas participamos en un taller para organizaciones de REAS Euskadi y personal de Alboan sobre ¿cómo ecologizar nuestras organizaciones? Una primera actividad para seguir trabajando la dimensión ecológica en la construcción de organizaciones habitables.
El taller forma parte del proyecto Ikaszabaltzen III impulsado en consorcio por Alboan y REAS Euskadi y fue dinamizado por Jose Luis Fernández Casadevante, Kois, de la cooperativa Garúa (especializada en iniciativas y proyectos ecosociales) que forma parte del Grupo Tangente y de REAS Madrid.
Partiendo de la mirada integral y holística de la ecología social y con el horizonte de la justicia ambiental, se fueren presentando, con abundantes referencias y datos, algunos elementos que caracterizan la actual crisis ecosocial, así como algunos indicadores alternativos que pueden ayudar a descolonizar nuestros imaginarios y construir un futuro desde claves diferentes.
Posteriormente trabajamos colaborativamente en la construcción de los rasgos que caracterizan a la sostenibilidad de la vida como paradigma alternativo de construcción cultural, social, económica y política. Desde esta perspectiva, se reconoció el potencial del ecofeminismo como un marco integrador de los dos polos que caracterizan nuestra existencia: la ecodependecia y la interdependencia. El ecofeminismo supone el marco crítico más radical que nutre la construcción de propuestas y alternativas transformadoras como las de la Economía Social y Solidaria.
Tomando los principios de la biomímesis (imitar a la Naturaleza en su comportamiento), trabajamos en torno a las propuestas para incorporar la perspectiva ecosocial en la identidad y comportamiento de nuestras entidades, desde la perspectiva de la construcción de organizaciones habitables e identificando la necesidad de integrar las dimensiones ambientales, sociales y económicas de nuestros proyectos.
Posteriormente, analizamos las implicaciones que tiene “ecologizarnos”. Así, planteamos cómo abordar colectivamente algunos elementos centrales como el abordaje de la “ecoansiedad” (ecología emocional), la gestión constructiva de contradicciones, cómo dar ejemplo desde la Economía Social y Solidaria o cómo trabajar la “conciencia de lugar” (relocalización en el territorio).
Concluimos apuntando algunos retos, como la necesidad de mantener una mirada apreciativa, aferrarnos a las buenas prácticas que ya existen (aunque sean invisibilizadas) así como a relatos esperanzadores, la importancia del concepto de biorregión como unidad mínima territorial que nos permita afrontar la transición ecosocial, la necesidad de impulsar la agroecología, la conjugación de lo individual, lo colectivo y lo público o la necesidad de seguir prototipando experiencias que, aunque aparentemente pequeñas, inspiren cambios significativos en el futuro.