En una combinación entre análisis y práctica, la economía solidaria, en diálogo con la economía feminista, abre la posibilidad de superar fragmentaciones entre producción y reproducción, entre lo político y lo económico y sus prácticas se constituyen como una economía política de la resistencia. Miriam Nobre, desde su experiencia de trabajo y activismo en Brasil, nos propone los elementos para una agenda que abra la posibilidad de otras formas de articulación entre producción y reproducción.